Rayan Norsi — Del silencio a las páginas
No nací con una pluma en la mano, pero nací con más preguntas que respuestas dentro de mí. Crecí en una casa pequeña, en un barrio que no perdona tu debilidad, donde tuve que aprender temprano que la vida no es justa, y que las palabras podrían ser la única arma que no te pueden arrebatar.
Mi infancia no fue una historia de inocencia... fueron capítulos de aislamiento forzado. Era el niño que se escondía en las esquinas de la casa, huyendo de los gritos de los adultos, observando el mundo desde detrás de una ventana pequeña, tratando de entender por qué el amor a veces se vuelve condicional, y por qué la seguridad es una moneda tan rara.
Recuerdo un día que nunca olvidaré... tenía doce años cuando perdí a alguien que significaba el mundo para mí. Un shock que rompió algo dentro de mí; mi voz no sobrevivió, así que elegí el silencio. Ya no discutía, ya no explicaba... comencé a escribir. Al principio, las palabras eran mensajes para mí mismo, luego confesiones, luego pensamientos, luego una pequeña filosofía personal que me ayudaba a reunir mis pedazos dispersos.
Pasaron los años, y el dolor se convirtió en tinta, las heridas en puertas de entrada. Escribí mi primer libro no como alguien que vende promesas, sino como alguien que ofrece su corazón en papel. "12 reglas psicológicas para una vida más equilibrada" no era un proyecto comercial; era mi espejo que puse ante el mundo, con todas sus grietas y reflejos.
Escribo porque creo que el ser humano puede empezar desde adentro. Escribo porque la pregunta "¿Por qué sufro?" merece una respuesta más valiente que la huida. Escribo porque traté de caminar solo durante mucho tiempo... luego me di cuenta de que compartir el camino podría salvar a otros como me salvó a mí.
Este no es el final del viaje. Mientras lees estas líneas, hay otros cuadernos preparándose para la luz. Creo que un escritor no escribe solo un libro, sino que escribe toda su vida, capítulo tras capítulo. Y estas páginas... son solo el comienzo.